Bajo el imperio de la no violencia, todo pensamiento genuino cuenta; cada voz auténtica alcanza su pleno valor.
Varias vidas como
la mía deberán ser
entregadas para que
Ia terrible violencia
extendida por todas
partes se detenga y
la no violencia reine de modo supremo en su lugar.
Mientras no hayamos cultivado la fortaleza de morir con coraje y amor en nuestros corazones, no podremos esperar el desarrollo de Ia ahimsa de los fuertes.
La ahimsa es Ia única fuerza verdadera en Ia vida. Es lo único permanente, lo único que cuenta; todo esfuerzo que hagas para lograr su maestría será bien aplicado.
Una persona que, en su vida, expresa Ia ahimsa, ejerce una fuerza superior a todas Ias fuerzas de la brutalidad.
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