Amor por la Vida

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Ah K2iiin Xook

martes, 24 de mayo de 2011

Una cultura conflictiva

 La cultura, que es lo que nos diferencia como humanos, nos ayuda a almacenar y transmitir las experiencias que nos facilitan lograr mayor bienestar. La cultura asume parte de los problemas de los humanos en su relación con la naturaleza y, por añadidura, consigo mismos.
El conflicto propiamente dicho –humano– adquiere una nueva dimensión cualitativa, ya que la cultura aporta nuevas vías para la gestión de algunas de las problemáticas con las que se enfrentaban los nuevos seres, siendo, a su vez, una respuesta "conflictiva" porque se interacciona directamente con todo lo existente previamente. De esta manera la cultura humana es por definición conflictiva. Con la transmisión de las normas culturales, las propuestas "naturales" –de la naturaleza– se ven condicionadas y modificadas. Entramos en un nuevo estadio de complejidad organizativa, en lo individual-colectivo, en el que lo biológico y lo cultural van a ir siempre de la mano y por tanto las posibles alternativas se multiplican exponencialmente, en unas dimensiones que no se habían alcanzado antes.
Sin embargo el mayor éxito de la cultura –de las normas de los humanos– reside en su capacidad para adaptarse a las variaciones que se producen, tiene un carácter eminentemente adaptativo, lo cual le permite afrontar, con mayor o menor fortuna o acierto, las relaciones de la especie humana con el resto de la naturaleza y todos los desafíos que esto comporta. Podríamos decir que la cultura es una mediación omnipresente entre los humanos y sus condiciones de vida.


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